Apreciar la fiesta es de las cosas que hacen que nuestra
mente tenga esa vista hacia el futuro diciendo “ya va a llegar la hora de irnos
a parrandear”, asesinando a todos y cada uno de los segundos que constantemente
pasan (lento pero seguro). Esto me hizo reflexionar que al final uno solamente está
viendo cómo empinarse las chelas o el guaro a la hora de parrandear, y esto,
está bien. Digo, no hay forma de evitar pasársela bien, incluso cuando le toca
a uno cuidar bolos (o ser el bolo cuidado).
Mientras se terminaba el año fui a un chupe, uno imagina las
cantidades de cerveza que había en el chupe y ya se siente ebrio. Todo iba de
maravilla, la gente entusiasmado porque el fin de año se acercaba; la música a
todo volumen, hasta que de repente…
Salió un amigo acompañado de su esposa con una pequeña caja
con una ilustración de una tómbola con pequeñas esferas de colores dentro de la
misma. Al sacar del recipiente el aparato al cuál se ilustraba, éste, tenía
pequeños “shots” en ambos costados de la tómbola. La pareja explicó que cada
uno tendría que escoger un color (o igual se le asignaría uno). “Cuando salga
tu color” decían “tenés que tomarte un shot y empinarte tu cerveza…”
Digo uno es obediente, pero cuando se vuelve de
joder a la demás mara se vuelve competitivo. Lamentando cuando le “toca la
bolita”, y en este caso, existía la bolita negra: TODOS TOMAN. Eran lamentos
tras lamentos de la gente que le tocaba empinarse su chela y tomar tequila. La
goma del día siguiente es indescriptible. Amanecí en la carpa de una compañera
que por lo visto le fue igual de bien que a mí…
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